25 de mayo 2020
En un año de pandemia por el Coronavirus, donde algunos países registran mas de mil muertos, y mas de 100 mil infectados, la cuarentena obligatoria ha traído efectos adversos a la economía global, pero a la vez esa desaceleración ha logrado que las ciudades y sus zonas industriales dejen de ser focos contaminantes y consumidores del planeta, trayendo consigo ríos transparentes, por no decir cristalinos; playas azules y de tonos pocas veces vistos o no vistos en mas de 40 o 50 años, fauna que no se veía fácilmente en las ciudades tratando de recobrar sus hábitats naturales, al no tener la constante presencia humana por todos lados. Incluso al bajar los niveles de polución, en la ciudad de Lima pudimos ver cordilleras a lo lejos, inimaginables de ser visualizadas por los ciudadanos, véase articulo del blog , lugares como La Meseta de Markawasi o El Cerro Colorado.
Con este cambio de realidad, que mas parece un bucle de tiempo para la naturaleza, vemos Pumas ingresando a ciudades de Chile, cóndores sobrevolando las ciudades, tortugas marinas apareciendo en playas de la Costa Verde en Lima, el río Rímac transparente. Sin duda algunos efectos de esta pandemia que ha generado el replegamiento de la población dentro de sus hábitats urbanos, ha generado un beneficio para el planeta.
Como lo dijo nuestro amigo José Ignacio Maurtua, quien fotografío las tortugas de la costa verde desde el balcón de su departamento ¨Solo fueron 30 días donde el hombre desapareció de la naturaleza, solo en ese tiempo estamos viendo como la polución se reduce, las aves vuelven a la playa, los delfines nadan donde antes era su hogar y AHORA las tortugas a 3 metros de la orilla del mar de Barranco.
No puedo estar mas feliz de haber captado estas imágenes frente a mi casa, de poder por lo menos con ellas invitarnos a pensar del daño que hemos venido causando a la naturaleza y que un poco de nuestra ausencia hace que esta se recupere muy rápido.
pd debo de agregar que por lo menos habían entre 5 a 10 tortugas que pude ver¨.
