Quiero empezar mostrándoles esta foto.
¿Es un hermoso paisaje verdad?
¡parece una pintura impresionista¡
¡Incluso podría ser parte de la la publicidad de Promperu¡
La flor amarilla que se aprecia hasta donde alcanza la vista, es el símbolo
de la ciudad de Lima, y de los pasados juegos panamericanos.
Me refiero a la flor de amancae, inmortalizada en un vals de Chabuca Granda.
La flor tiene una suave fragancia a vainilla, y por cientos de años los
antiguos peruanos hasta los incas, la usaron como un indicador para saber si el
año sería lluvioso o sería un año de sequias, si se adelantaba a la quincena de
junio, seria lluvioso, si salía después de la quincena de junio, sería un año
seco. Por allí, unos científicos han descubrieron unos componentes de la flor
que curan ciertos tipos de cáncer.
Pero les quiero informar, que este es el último siglo de la flor…..y luego
solo quedará en la memoria de la canción de Chabuca Granda.
El lugar donde la encontramos, lo llamamos “Lomas”.
Este lugar, esta infraestructura silvestre, viene a lo largo de toda la
costa, como una columna vertebral, desde Trujillo hasta Tacna, un ecosistema
único en el mundo.
Se encuentra en la costa……. Donde tenemos las ciudades mas pobladas….. que
han venido creciendo de manera desordenada, con este fenómeno de la migración
masiva, de la que todos somos parte; que hace que las ciudades, se comporten
como una ameba, como una célula maligna, que va moviéndose, estirándose,
comiéndose todo lo que esta cerca de ella;
En el borde, el ecosistema urbano de la ciudad impacta sobre la
infraestructura silvestre de la loma, como si te encontraras en el limbo, las
cosas cambian rápidamente; siempre en perjuicio de la naturaleza, hablamos de
deforestación.
El año 2010, lleve a mi hijo, juan diego, de año y medio; a conocer este
hermoso lugar, después de caminar 4 horas, ya solo me quedaba medio pulmón,
había pensado 4 veces en regresarme, porque no estaba acostumbrado a trepar
cerros; recuerdo que un señor de 90 años, con cadera ortopédica y bastón, subía
y bajaba como quinceañero, me daba aliento para seguir subiendo, me dijo: ¡mira
esa tara tiene mi edad¡.
Casi al final del circuito, a un lado del camino, había un letrero que
decía “La última Tara centenaria”, era un tronco de árbol, que crecía siguiendo
a la neblina; parecía un árbol de película de terror, de terror ambiental
diría, solitario, pero a su alrededor no había ningún otro árbol. Y pensé, “En
todo el camino del circuito “ecoturístico” de 4 horas, no había visto ningún
árbol, y al final te encontrabas con esta imagen surrealista; estaba en las
“Lomas de Lúcumo”, no había visto ningún árbol de Lúcumo?
Abajo en la zona poblada, me encontré con Don Jacinto Mendoza, líder en
Quebrada Verde, descendiente de ganaderos que por generaciones bajaban desde la
sierra de Huarochirí con su ganado en los meses de invierno. Me hablo de los
antiguos bosques de huarango y de lúcumo que allí hubo, se le iluminaban los
ojos, añorando esos años. Pero que ahora solo quedaban por allí 100 árboles.
Un sentimiento de pena entro en ese momento, ¿Qué futuro le dejaría a mi
hijo? había que hacer algo…
Y LO PRIMERO ERA DAR UN PRIMER PASO.
Jacinto no le tenía fe a las reforestaciones, el año anterior una ONG había
sembrado 10 mil árboles, y me pregunto, ¿Cuántos arboles crees que quedan?...
solo quedaban 26, que el mismo regaba; los amigos de la ONG habían sembrado los
árboles, se tomaron sus fotos, y no los había vuelto a ver ni en pelea de
perros.
-¿cuál es tu propuesta para asegurarme, que esos árboles se van a lograr?,
que nuestros esfuerzos no van a ser en vano, que no me vas a dejar a mi la
tarea de lograr esos árboles.
Luego de pensarlo, le plantee lo siguiente, lograremos los 10 mil árboles,
pero… solo sembraremos un promedio de 300 por año. Un árbol es como un niño,
los primeros años, requiere los mejores cuidados y alimentación, para que se
logre; necesita agua, sombra, humedad, abono, quitarle la hierba mala que lo
quiere tumbar al suelo.
Pero ¿Cómo logramos todo esos cuidados y esfuerzos sin dinero? empezamos
usando una herramienta poco usada en temas ambientales para proyectos de largo
aliento en el país. Me refiero al voluntariado, teniendo a jóvenes y familias
como principales actores.
No podía hacerse solo, tal vez esa chispa nacía allí, esa conciencia
ecológica nacía en ese punto; pero para que se esparza, tenía que invocar a
gente que tenga los mismos ideales; empezamos con los amigos cercanos, y poco a
poco se fue sumando más gente, y así nació EL COMANDO ECOLOGICO PERU.
Luego había que plantear una estrategia para LOGRAR la conservación de las
lomas. Decidimos buscar crear un HABITO, una conducta que se repita una y otra
vez, hasta que la semilla de la conservación quede plasmada en todos los
involucrados. En una ciudad donde hemos adoptado el hábito de pensar que el
territorio que nos rodea es un espacio en un papel en blanco, donde podemos
seguir ocupando de manera desordenada.
Una de las primeras cosas que teníamos claro era buscar hacer conocida las
Lomas, organizamos caminatas gratuitas, e invitábamos a todo el mundo,
colegios, universidades, autoridades, empresas; hasta nos vimos marchando como
cadetes del ejercito por los cerros de las lomas. También participamos en
conferencias, foros, mesas redondas, hasta llegar a una Bienal Iberoamericana
de arquitectura…
Buscamos cambiar el paradigma de la conservación de las lomas; y sin
quererlo, empezamos a desarrollar políticas urbanas en los límites de la
ciudad.
El año 2013 Lima Metropolitana, luego de un largo proceso, ganaría la
categoría de gobierno regional, y uno de los requisitos era tener sus Áreas de
Conservación Regional, el consultor que tenia que evaluar que espacios naturales
reunían estas características, no lo tenía claro, y nos contacto diciéndonos
los veo a ustedes y las lomas por todos lados en internet, parecen un virus.
En el camino de inicio nos encontramos con diversos lideres ambientales.
Como don Jacinto Mendoza, en Lomas de Lúcumo en Pachacamac, el acepto ser
el presidente de su comunidad en temas ambientales, lo tildaron de loco. ¿Quién
iba a venir a pasear por aquí decían?, ellos eran ganaderos, y las lomas
deberían seguir siendo para su ganado; pero cada vez había menos y menos
pastos, y su suegro, le había dicho, que, a este ritmo, en 10 o 15 años ya no
habría pasto ni para una ternera, y la gente en su desesperación por obtener
ingresos empezarían a lotizar y vender las lomas. Había que darle otro uso, sin
destruir la loma, que tanto les había dado de generación en generación.
hoy en día a Lomas de Lúcumo llegan cerca de 25 mil turistas por año. Generando
toda una dinámica económica para la población, los jóvenes son guías
turísticos, los adultos mayores son los guardianes en distintos puntos de la
loma, para que no te pierdas o no te salgas del camino. Han ganado premios
nacionales e internacionales de turismo rural comunitario, y han representado
al país en lugares tan lejanos como china.
El año 2010 entramos a apoyarlos con el tema de las reforestaciones, la
meta 10 mil árboles, solo habían 100, a la fecha, en el ecosistema hemos
logrado un poco más de 4mil árboles.
Empezamos con la tara, que estaba en la categoría de extinción vulnerable,
solo quedaban 10mil, de repente luego de dos años de reforestaciones, todo el
mundo empezó a reforestar con árbol de tara, en diversas lomas, en lomas de
Asia sembraron 20mil en 2 años, y 3 años después el ministerio de agricultura,
volvió a publicar la lista de especies en extinción, sacando a la tara de esa
categoría.
Las cosas empezaron a funcionar, y tomamos mayor conciencia de la
problemática de otros lugares, otras lomas, con similares problemas. Algunas
personas pensaban que éramos el Ministerio del Ambiente.
En el camino conocimos a Jorman y Hernán, dos jóvenes voluntarios, que
participaban en las acciones ambientales de comando ecológico Perú, venían
desde San Juan de Lurigancho, cruzaban la ciudad de extremo a extremo hasta
lomas de Lúcumo para reforestar, y un día se dieron cuenta, a sus 21 años de
edad, que ellos también Vivian al pie de una Loma, en San Juan de Lurigancho, y
que podían hacerlo igual o mejor que en Lomas de Lúcumo, desde hace unos años
con el apoyo de sus vecinos y jóvenes desarrollan una interesante propuesta
turística, dándole un uso a la Loma donde siempre vivieron, evitando que sigan
destruyéndola, instalaron primero una tirolesa, ahora tienen un puente
tibetano; gestionaron con la municipalidad de Lima y el ministerio de trabajo,
la construcción de caminos, dándole trabajo a decenas de vecinos, capacitaron e
instalaron restaurant, para recibir a los turísticas.
No se podían intervenir con la misma propuesta, había que adaptarnos y
plantear estrategias distintas de conservación.
También conocimos a la señora Haydee Cerrón, que vive en las Lomas de
Amancaes, en el Rímac, ¿recuerdan la canción de Chabuca Grande y José Antonio,
que venía en su caballo blanco y su gorro de ala ancha trayendo la flor de
amancae.
Pues las traía de ese lugar, donde vive la señora Haydee, pero, en ese
lugar, ya no había Amancaes, habían desaparecido. Ella junto con 3 mujeres más,
Cecilia, Juanita y Trinidad, participaban en reforestaciones en Lomas de Lúcumo.
Y se dieron la tarea de proteger las lomas de amancaes, para ellas es muy
difícil, frente a una población y autoridades que quieren beneficiarse con el
tráfico de terrenos, había que usar otra estrategia. En las famosas Lomas de
Amancaes del Rímac, ya no había Amancaes; la flor símbolo de la ciudad de Lima,
símbolo de los Juegos Panamericanos Lima, había desaparecido. Mientras tanto la
loma seguía siendo destruida por invasores de terrenos. En un lugar al otro
extremo de la ciudad, en Pachacamac, había una inmensa pampa de Amancaes, que,
de la noche a la mañana, fue lotizado y vendido, miles y miles de Amancaes,
serian cubiertos por concreto y asfalto. Fue allí que se inició la tarea del
rescate de Amancaes, para llevarlos a un nuevo hogar, a las Lomas de Amancaes
en el Rímac, preservar la especie y preservar el lugar.
Comando Ecológico Perú, desarrollo el proyecto en 4 lomas, lomas de
Lúcumo (Pachacamac), Paraíso (Villa María), Amancaes (Rímac), y Primavera
(Carabayllo); cada Loma tiene su
propia problemática y dinámica, en algunas reforestábamos, y al año siguiente
ocupaban el espacio nuevos asentamientos humanos, en otros las propias
autoridades impulsaban el mal uso del territorio silvestre.
Para luego pasar al siguiente paso, la restauración ambiental del
ecosistema.
Estratégicamente se está
reforestando en diversos puntos de las cuatro lomas donde se trabaja, Lúcumo
(Pachacamac), Paraíso (Villa María), Amancaes (Rímac), y Primavera
(Carabayllo); generando nichos ecológicos conformados por pequeños bosques de
árboles nativos, separados unos de otros por espacio de 300 a 500 metros
aproximadamente. Estos pequeños bosques, en unos años, empezarán a recuperar el
ecosistema, permitiendo albergar importante flora y fauna.
Todas estas acciones ambientales no serían posibles sin el primer paso que
dieron estos lideres, desarrollamos el hábito de la conservación, repitiendo y
repitiendo, acciones ambientales, trabajamos con una importante herramienta,
“el voluntariado”, logramos la participación de la ciudadanía, trabajamos con
los 3 entes de la sociedad : entidades públicas, privadas y ciudadanía,
cambiando el paradigma de la conservación de las lomas y el desarrollo de
políticas urbanas en los límites de la ciudad.
En lomas de Paraíso iniciamos con la difusión del circuito turístico,
invitando a todos, haciendo un hábito el visitar este lugar.
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