lunes, 27 de enero de 2025

BIAU Conferencia XIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo




Conferencia XIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo





 



Ponencia bajo la modalidad TedxTukuy




Quiero empezar mostrándoles esta foto.

¿Es un hermoso paisaje verdad?

¡parece una pintura impresionista¡

¡Incluso podría ser parte de la la publicidad de Promperu¡

La flor amarilla que se aprecia hasta donde alcanza la vista, es el símbolo de la ciudad de Lima, y de los pasados juegos panamericanos.

Me refiero a la flor de amancae, inmortalizada en un vals de Chabuca Granda.

La flor tiene una suave fragancia a vainilla, y por cientos de años los antiguos peruanos hasta los incas, la usaron como un indicador para saber si el año sería lluvioso o sería un año de sequias, si se adelantaba a la quincena de junio, seria lluvioso, si salía después de la quincena de junio, sería un año seco. Por allí, unos científicos han descubrieron unos componentes de la flor que curan ciertos tipos de cáncer.

Pero les quiero informar, que este es el último siglo de la flor…..y luego solo quedará en la memoria de la canción de Chabuca Granda.

El lugar donde la encontramos, lo llamamos “Lomas”.

Este lugar, esta infraestructura silvestre, viene a lo largo de toda la costa, como una columna vertebral, desde Trujillo hasta Tacna, un ecosistema único en el mundo.

Se encuentra en la costa……. Donde tenemos las ciudades mas pobladas….. que han venido creciendo de manera desordenada, con este fenómeno de la migración masiva, de la que todos somos parte; que hace que las ciudades, se comporten como una ameba, como una célula maligna, que va moviéndose, estirándose, comiéndose todo lo que esta cerca de ella;

En el borde, el ecosistema urbano de la ciudad impacta sobre la infraestructura silvestre de la loma, como si te encontraras en el limbo, las cosas cambian rápidamente; siempre en perjuicio de la naturaleza, hablamos de deforestación.

El año 2010, lleve a mi hijo, juan diego, de año y medio; a conocer este hermoso lugar, después de caminar 4 horas, ya solo me quedaba medio pulmón, había pensado 4 veces en regresarme, porque no estaba acostumbrado a trepar cerros; recuerdo que un señor de 90 años, con cadera ortopédica y bastón, subía y bajaba como quinceañero, me daba aliento para seguir subiendo, me dijo: ¡mira esa tara tiene mi edad¡.

Casi al final del circuito, a un lado del camino, había un letrero que decía “La última Tara centenaria”, era un tronco de árbol, que crecía siguiendo a la neblina; parecía un árbol de película de terror, de terror ambiental diría, solitario, pero a su alrededor no había ningún otro árbol. Y pensé, “En todo el camino del circuito “ecoturístico” de 4 horas, no había visto ningún árbol, y al final te encontrabas con esta imagen surrealista; estaba en las “Lomas de Lúcumo”, no había visto ningún árbol de Lúcumo?

 

Abajo en la zona poblada, me encontré con Don Jacinto Mendoza, líder en Quebrada Verde, descendiente de ganaderos que por generaciones bajaban desde la sierra de Huarochirí con su ganado en los meses de invierno. Me hablo de los antiguos bosques de huarango y de lúcumo que allí hubo, se le iluminaban los ojos, añorando esos años. Pero que ahora solo quedaban por allí 100 árboles.

Un sentimiento de pena entro en ese momento, ¿Qué futuro le dejaría a mi hijo? había que hacer algo…

Y LO PRIMERO ERA DAR UN PRIMER PASO.

Jacinto no le tenía fe a las reforestaciones, el año anterior una ONG había sembrado 10 mil árboles, y me pregunto, ¿Cuántos arboles crees que quedan?... solo quedaban 26, que el mismo regaba; los amigos de la ONG habían sembrado los árboles, se tomaron sus fotos, y no los había vuelto a ver ni en pelea de perros.

-¿cuál es tu propuesta para asegurarme, que esos árboles se van a lograr?, que nuestros esfuerzos no van a ser en vano, que no me vas a dejar a mi la tarea de lograr esos árboles.

Luego de pensarlo, le plantee lo siguiente, lograremos los 10 mil árboles, pero… solo sembraremos un promedio de 300 por año. Un árbol es como un niño, los primeros años, requiere los mejores cuidados y alimentación, para que se logre; necesita agua, sombra, humedad, abono, quitarle la hierba mala que lo quiere tumbar al suelo.

Pero ¿Cómo logramos todo esos cuidados y esfuerzos sin dinero? empezamos usando una herramienta poco usada en temas ambientales para proyectos de largo aliento en el país. Me refiero al voluntariado, teniendo a jóvenes y familias como principales actores.

No podía hacerse solo, tal vez esa chispa nacía allí, esa conciencia ecológica nacía en ese punto; pero para que se esparza, tenía que invocar a gente que tenga los mismos ideales; empezamos con los amigos cercanos, y poco a poco se fue sumando más gente, y así nació EL COMANDO ECOLOGICO PERU.

Luego había que plantear una estrategia para LOGRAR la conservación de las lomas. Decidimos buscar crear un HABITO, una conducta que se repita una y otra vez, hasta que la semilla de la conservación quede plasmada en todos los involucrados. En una ciudad donde hemos adoptado el hábito de pensar que el territorio que nos rodea es un espacio en un papel en blanco, donde podemos seguir ocupando de manera desordenada.

 

Una de las primeras cosas que teníamos claro era buscar hacer conocida las Lomas, organizamos caminatas gratuitas, e invitábamos a todo el mundo, colegios, universidades, autoridades, empresas; hasta nos vimos marchando como cadetes del ejercito por los cerros de las lomas. También participamos en conferencias, foros, mesas redondas, hasta llegar a una Bienal Iberoamericana de arquitectura…

 

Buscamos cambiar el paradigma de la conservación de las lomas; y sin quererlo, empezamos a desarrollar políticas urbanas en los límites de la ciudad.

El año 2013 Lima Metropolitana, luego de un largo proceso, ganaría la categoría de gobierno regional, y uno de los requisitos era tener sus Áreas de Conservación Regional, el consultor que tenia que evaluar que espacios naturales reunían estas características, no lo tenía claro, y nos contacto diciéndonos los veo a ustedes y las lomas por todos lados en internet, parecen un virus.

En el camino de inicio nos encontramos con diversos lideres ambientales.

Como don Jacinto Mendoza, en Lomas de Lúcumo en Pachacamac, el acepto ser el presidente de su comunidad en temas ambientales, lo tildaron de loco. ¿Quién iba a venir a pasear por aquí decían?, ellos eran ganaderos, y las lomas deberían seguir siendo para su ganado; pero cada vez había menos y menos pastos, y su suegro, le había dicho, que, a este ritmo, en 10 o 15 años ya no habría pasto ni para una ternera, y la gente en su desesperación por obtener ingresos empezarían a lotizar y vender las lomas. Había que darle otro uso, sin destruir la loma, que tanto les había dado de generación en generación.

hoy en día a Lomas de Lúcumo llegan cerca de 25 mil turistas por año. Generando toda una dinámica económica para la población, los jóvenes son guías turísticos, los adultos mayores son los guardianes en distintos puntos de la loma, para que no te pierdas o no te salgas del camino. Han ganado premios nacionales e internacionales de turismo rural comunitario, y han representado al país en lugares tan lejanos como china.

El año 2010 entramos a apoyarlos con el tema de las reforestaciones, la meta 10 mil árboles, solo habían 100, a la fecha, en el ecosistema hemos logrado un poco más de 4mil árboles.

Empezamos con la tara, que estaba en la categoría de extinción vulnerable, solo quedaban 10mil, de repente luego de dos años de reforestaciones, todo el mundo empezó a reforestar con árbol de tara, en diversas lomas, en lomas de Asia sembraron 20mil en 2 años, y 3 años después el ministerio de agricultura, volvió a publicar la lista de especies en extinción, sacando a la tara de esa categoría.

 

Las cosas empezaron a funcionar, y tomamos mayor conciencia de la problemática de otros lugares, otras lomas, con similares problemas. Algunas personas pensaban que éramos el Ministerio del Ambiente.

En el camino conocimos a Jorman y Hernán, dos jóvenes voluntarios, que participaban en las acciones ambientales de comando ecológico Perú, venían desde San Juan de Lurigancho, cruzaban la ciudad de extremo a extremo hasta lomas de Lúcumo para reforestar, y un día se dieron cuenta, a sus 21 años de edad, que ellos también Vivian al pie de una Loma, en San Juan de Lurigancho, y que podían hacerlo igual o mejor que en Lomas de Lúcumo, desde hace unos años con el apoyo de sus vecinos y jóvenes desarrollan una interesante propuesta turística, dándole un uso a la Loma donde siempre vivieron, evitando que sigan destruyéndola, instalaron primero una tirolesa, ahora tienen un puente tibetano; gestionaron con la municipalidad de Lima y el ministerio de trabajo, la construcción de caminos, dándole trabajo a decenas de vecinos, capacitaron e instalaron restaurant, para recibir a los turísticas.

No se podían intervenir con la misma propuesta, había que adaptarnos y plantear estrategias distintas de conservación.

También conocimos a la señora Haydee Cerrón, que vive en las Lomas de Amancaes, en el Rímac, ¿recuerdan la canción de Chabuca Grande y José Antonio, que venía en su caballo blanco y su gorro de ala ancha trayendo la flor de amancae.

Pues las traía de ese lugar, donde vive la señora Haydee, pero, en ese lugar, ya no había Amancaes, habían desaparecido. Ella junto con 3 mujeres más, Cecilia, Juanita y Trinidad, participaban en reforestaciones en Lomas de Lúcumo.

Y se dieron la tarea de proteger las lomas de amancaes, para ellas es muy difícil, frente a una población y autoridades que quieren beneficiarse con el tráfico de terrenos, había que usar otra estrategia. En las famosas Lomas de Amancaes del Rímac, ya no había Amancaes; la flor símbolo de la ciudad de Lima, símbolo de los Juegos Panamericanos Lima, había desaparecido. Mientras tanto la loma seguía siendo destruida por invasores de terrenos. En un lugar al otro extremo de la ciudad, en Pachacamac, había una inmensa pampa de Amancaes, que, de la noche a la mañana, fue lotizado y vendido, miles y miles de Amancaes, serian cubiertos por concreto y asfalto. Fue allí que se inició la tarea del rescate de Amancaes, para llevarlos a un nuevo hogar, a las Lomas de Amancaes en el Rímac, preservar la especie y preservar el lugar.

 

Comando Ecológico Perú, desarrollo el proyecto en 4 lomas, lomas de Lúcumo (Pachacamac), Paraíso (Villa María), Amancaes (Rímac), y Primavera (Carabayllo); cada Loma tiene su propia problemática y dinámica, en algunas reforestábamos, y al año siguiente ocupaban el espacio nuevos asentamientos humanos, en otros las propias autoridades impulsaban el mal uso del territorio silvestre.

Para luego pasar al siguiente paso, la restauración ambiental del ecosistema.

 Estratégicamente se está reforestando en diversos puntos de las cuatro lomas donde se trabaja, Lúcumo (Pachacamac), Paraíso (Villa María), Amancaes (Rímac), y Primavera (Carabayllo); generando nichos ecológicos conformados por pequeños bosques de árboles nativos, separados unos de otros por espacio de 300 a 500 metros aproximadamente. Estos pequeños bosques, en unos años, empezarán a recuperar el ecosistema, permitiendo albergar importante flora y fauna.

Todas estas acciones ambientales no serían posibles sin el primer paso que dieron estos lideres, desarrollamos el hábito de la conservación, repitiendo y repitiendo, acciones ambientales, trabajamos con una importante herramienta, “el voluntariado”, logramos la participación de la ciudadanía, trabajamos con los 3 entes de la sociedad : entidades públicas, privadas y ciudadanía, cambiando el paradigma de la conservación de las lomas y el desarrollo de políticas urbanas en los límites de la ciudad.

 

En lomas de Paraíso iniciamos con la difusión del circuito turístico, invitando a todos, haciendo un hábito el visitar este lugar.


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